Al graduarme de Médico cirujano me encontré con la encrucijada: la especialidad. Realmente no fue fácil escogerla, pues quería desarrollarme en un campo que me permitiera ver al ser humano como un ser integral, donde sus emociones contaran.
Hice un paseo desde la pediatría hasta la geriatría, terminando en las morgues; deteniéndome en cada órgano. Pero, a pesar del rol temporal en las diferentes especializaciones que terminan en “logo/a”, faltaba algo… Siempre faltaba algo. Y así pasaron tres años de espera activa.
Mientras analizaba las opciones y atendía a mis pacientes -casi todos trabajadores- encontré esta área de la medicina, así como las dos caras del trabajo. Ahora he descubierto un camino para mi realización personal. Siento un gran compromiso con los trabajadores y trabajadoras de Venezuela.
Conseguí una forma de ver al individuo de “pies a cabeza” en el hábitat donde permanece más de un tercio de su vida. Tengo un mayor conocimiento de la humanidad y de mí, cuando me acerco más a ustedes ¡Gracias!
Yohama
