martes, 18 de febrero de 2014

Venezuela, más allá de la catarsis

¿es normal vivir así?

Apreciados amigos, les escribo hoy más allá de la intención de hacer catarsis.
 Mi país vive una convulsión terrible, la tensión social ha superado el silencio, la apatía y el conformismo.

 El crimen y la violencia ha generado protestas que han sido reprimidas con armas y gases tóxicos... no me lo han contado, yo misma he tenido que salir corriendo para salvaguardar la integridad física y la vida de mi hija y mi familia.

 Todos, TODOS sin distinción de edad, sexo, o predilección política estamos siendo afectados. ¡Muy afectados, y es muy doloroso!

 Seguir guardando silencio es casi equivalente de ser cómplice a la destrucción vertiginosa que vive mi país Venezuela.

 No he vivido en guerra, pero hoy es fácil ponerme en lugar de quienes si la han vivido...
 El sólo hecho de salir de la puerta de mi casa ya se ha convertido en un gran riesgo.
 Estar en las circunscripciones de mi hogar es a veces un equivalente de "casa por cárcel", sin haber cometido un crimen.

 En lo personal, yo puedo soportar la escasez, buscar sustitutos -no sólo para alimentos sino medicamentos- puedo luchar contra la corriente abrumadora de la inflación (la principal causa de pobreza en el mundo) para no ser pobre, trabajar y trabajar duramente y sacrificar mi tiempo libre para tener una vida "decente" y garantizar cierta "estabilidad" para mi núcleo familiar...

Hoy reflexiono sobre esta especie de "secuestro" en el que estamos porque las líneas aéreas no venden boletos para salir de Venezuela por la gran deuda del gobierno.
 Incluso hasta "me he adaptado" a un asfixiante control de cambio que nos reprime, ahoga y nos limita la libertad de decisión.
 Y hasta hemos buscado formas alternas para informarnos ante el inverosímil el blackout comunicacional que vivimos en los últimos días!!

Pero lo que NO es admisible y tampoco debemos acostumbrarnos es a vivir con temor, a que la paranoia se convierta en una táctica para sobrevivir.

Deseo para mi hija una infancia en libertad, sin miedo, libre. ..Que pueda crecer como su mamá creyendo que todos son "inocentes hasta que se demuestre lo contrario" y no al revés!

 Lamento en lo más profundo de mi alma lo que vivimos hoy en Venezuela, y me temo que la lucha cese por cansancio y fatiga y no por convicción. Me temo que caigamos en la indefensión aprendida y sigamos diciendo ¡"Dale gracias a Dios que no te mataron!" y que empecemos a creer que es normal vivir así!

 Hoy elevo mi voz para que alguien me escuche, hoy pienso en voz alta y me hago responsable por plasmar mi pensamiento  (en un país donde el no estar a favor es estar en contra) pese a las consecuencias que pueda traer.
 Si seguimos callando seremos cómplices y esto ya ha pasado en otros tiempos en la historia, donde la maldad humana ha hecho estragos en la humanidad.

 Sé que la evolución no será fácil y una de las cosas que me temo es que "lo peor aún no ha sucedido".

 Hoy estoy consiente de nuestro liderazgo como entes de cambio, hoy estoy segura que desde lo más profundo de mi ser podemos iniciar transformaciones, por eso hoy acudo a uds. como un acto de solidaridad con la gente que muere y sigue muriendo día a día en mi país. De seguir callando me asfixiaría en esta impotencia que me ahoga...

POR UNA VENEZUELA MEJOR...

 Yohama Caraballo-Arias.
 Venezolana
 Profesora de de la Escuela de Medicina "Luis Razetti"
 Universidad Central de Venezuela.
 Domingo 16 de febrero 2014

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